Impresión 3D: presente y futuro
La impresión 3D se ha convertido en uno de los elementos más recurrententes de las grandes multinacionales e instituciones, además de las pequeñas y medianas empresas especializadas. Pero, ¿sabemos realmente en qué consiste esta técnica? La manufactura aditiva -conocida comúnmente como impresión 3D- es un grupo de tecnologías de fabricación que a partir de un diseño o modelo digital, puede manipular de forma automática materiales y añadirlos capa por capa para construir un elemento en tres dimensiones.
Algunas aplicaciones de la impresión 3D se desarrollan en actividades tales como la alimentación, la salud, la educación, el arte, la cultura y la medicina, así como la fabricación de piezas de vehículos, la creación de componentes aeroespaciales en la construcción de piezas de gravedad cero y armas militares de defensa. The Liberator, por ejemplo, ha sido la primera arma de fuego impresa en 3D confeccionada por la Defense Distributed. Este artefacto, -promovido en 2013-, no estuvo exento de polémica. Tras el lanzamiento de los planos, las descargas se multiplicaron al reproducirse más de 100.000 veces en dos días y, en consecuencia, algunos gobiernos internacionales pidieron su retirada inmediata. Del mismo modo, esta revolución también ha llegado a nuestro país. El año pasado la start-up catalana Natural Machines introdujo en el mercado tecnológico Foodini, una de las impresoras pioneras y más reconocidas en 3D del mercado gastronómico. Este dispositivo permite preparar ingredientes frescos, salsas, azúcar y elaboraciones dulces y saladas, aunque aún no ha logrado imprimir productos sólidos.
En relación a las entradas anteriores comprobamos que, además del modelado por deposición fundida (FDM), existen otros dos procesos comunes de fabricación aditiva como el sinterizado selectivo por láser (SLS) y la estereolitografía (SLA). En primer lugar, según el analista de seguridad José Enrique López, el sinterizado consiste en la colocación de una capa fina de material en polvo en un recipiente a una temperatura escasamente inferior a la fusión del material. Así, a través de un láser actuando en las zonas seleccionas, las partículas se fusionan y posteriormente, llegan a solidificarse. Hasta obtener el producto deseado, las capas de material se van añadiendo y sintetizando, quedando el polvo no solidificado como material de soporte y, al mismo tiempo, puede ser reciclado para una posterior utilización en otros proyectos futuros.
Proceso de Sinterizado selectivo por láser (SLS).
En segundo lugar, la estereolitografía se basa en la aplicación de un haz de luz ultravioleta a una resina líquida (situada dentro de un recipiente) sensible a la luz. Esta luz ultravioleta va solidificando la resina capa por capa y la base que soporta la estructura, se desliza hacia abajo para que la luz vuelva a actuar sobre el nuevo baño. Este proceso continúa así sucesivamente hasta que el objeto alcanza la forma pretendida.
Proceso de Estereolitografía (SLA)
Tras esta breve explicación sobre algunos datos de la impresión 3D, podemos decir que no todo son ventajas. Según algunos detractores, estas impresoras han sustituido el trabajo humano y ello derivaría a una disminución de puestos laborales, aunque esto no se ha demostrado científica ni jurídicamente. En definitiva, el desarrollo de nuevas herramientas tecnológicas ha provocado que vivamos en una nueva era digital y que el impulso de este tipo de impresoras fomente:
- Tener una gran accesibilidad.
- Crear muestras estándares de fabricación.
- Conocer nuevos modelos de negocio.
- Reducir los costes.
- Ofrecer nuevas oportunidades para generar contenidos con otras empresas del sector.
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